26/12/09

Citas


Estaba enamorada de mí. Creía que yo sabía mucho, porque sabía cosas diferentes de las suyas.

F. SCOTT FITZGERALD, El gran Gatsby

19/12/09

Viaje al oeste (8)


He de reconocer que el Viaje al Oeste no tiene unas técnicas narrativas que deslumbren, ni mucho menos que sean innovadoras, pero no importa, pues no es eso algo que le reste calidad, pues su grandeza está en el material narrativo que contiene. Como he venido repitiendo anteriormente su técnica narrativa se basa en la oralidad, lo que nos lleva a la repetición de muchos elementos, fórmulas e incluso la constante recopilación de las aventuras anteriores. Dicha recopilación también se da en la onomástica que, como dije en otra ocasión, va cambiando, pero los nombres sustituidos de los protagonistas no quedan atrás, sino que son recuperados convenientemente.

El estilo es el propio de la épica, incluyendo grandes batallas para el enaltecimiento de los héroes, y logrando siempre la victoria sobre el enemigo o su conversión y, como en la épica occidental, lo importante no es tanto el método utilizado para ello, sino el resultado final. Aunque con matices: nunca actuarán contra las normas generales del buen obrar. Así, Sun Wu-Kung matará a quien se interponga en su camino, pero porque su camino está decidido por la Bodittsava e ir en su contra es ir contra Buda y por lo tanto merece su castigo.

Si bien la victoria supone vencer en batalla y una simple superación del héroe, las cosas se complican en cuanto a la conversión de los villanos para la causa, pues no se los suele convencer mediante razonamientos, sino más bien mediante coacciones y amenazas. Se aplica aquí el refrán de que "el fin justifica los medios", pues, aunque e principio parezca perjudicarse a la "víctima", lo que se busca en última instancia es su iluminación por Buda, el bien mayor para él. Y estas acciones son llevadas a cabo por divinidades, que sin duda saben cuál es el mejor camino para nosotros.

9/12/09

Citas


Ahora la gente empieza a burlarse de la vida de familia y de las istituciones familiares; más adelante se echará todo por la borda, y se permitirán los matrimonios entre blancos y negros.

F. SCOTT FITZGERALD, El gran Gatsby

5/12/09

No sin mi crucifijo


La verdad es que no sé por qué lo he hecho, pero lo he hecho y ya no tiene vuelta atrás: todas esas frases teñidas de ciertos fanatismo e incultura ya no pueden salir de mi cabeza. Me llegó al mail una invitación de ese invento semidemoníaco llamado Facebook, que me instaba a unirme a un grupo llamado "Sí al crucifijo en los colegios", o algo así. A mí la existencia o ausencia de tales estatuillas tenebrosas en las aulas la verdad es que me da igual, no me afecta ni creo que afecte demasiado a mis hipotéticos hijos cuando les toque convivir con ellas, pero sí que puedo llegar a entender a los padres que no las quieren ahí. A los padres de los colegios públicos y a los de ningún otro tipo de centro, se entiende. Así como los padres católicos tienen todo el derecho del mundo a pedir que sus hijos sean educados en el cristianismo en los colegios (y existe un número más que considerable de centros cristianos, para que no tengan de qué quejarse), los padres no católicos también lo tienen a pedir que un símbolo religioso de una fe que ellos no profesan, por mucho que sea la mayoritaria del país, presida el lugar donde sus hijos serán educados y pasarán la mayor parte de sus tiempo, en un estado aconfesional. La retirada de los símbolos cristianos de los lugares de honor en los colegios públicos, no impide que permanezcan en los colegios católicos.

Yo pasé la mayor parte de mi adolescencia oyendo a seres con medio cerebro quejándose de tener que asistir a una clase de religión que no les interesaba. Y el profesor les respondía cargado de razón: "Has elegido venir a un centro católico, así que aquí recibirás una educación católica". Y ya sé que una de las obligaciones de todo católico es el apostolado (proselitismo religioso que tanto molesta a muchos cristianos en el Islam, por otro lado), pero creo que si un católico puede ofrecer una educación fundada en sus propias creencias a sus hijos, un no católico debería poder ejercer el mismo derecho ¿no?

Pero me voy del tema. El caso es que en el grupo de Facebook en cuestión se decían cosas como las siguientes (cito de memoria, así que sí, se me mueven las comas):

"Que dejen los crucifijos quietos y se preocupen más de la educación de nuestros hijos, que son los peores preparados de Europa." A los que decían esto habría que decirles en primer lugar que su afirmación es mentira. Los niños españoles no son los peor preparados, sino que España es uno de los países con mayor fracaso escolar, esto es, con mayor número de niños que no acaban el colegio. El nivel de preparación habría que determinarlo entre los que sí lo terminan. Y recuerdo una encuesta de hace un par de años, realizada en Inglaterra (país con un índice de fracaso escolar mucho menor que el nuestro) entre niños sin fracaso escolar de ningún tipo, en el que la mayoría respondió que Arturo era un rey de hace mucho y Hitler un personaje de ficción. Así que comparen. Y no olvidemos que los fracasos educativos de los chavales que ahora terminan o abandonan sus estudios pertenecen a las reformas educativas del PP. Sí, hay una cosa que se llama legado y que da sus frutos al cabo de los años.

"Los crucifijos quietos y al que no le guste que no mire." Sí, quietos, pero en los colegios religiosos. De ahí sí, por favor, que no los mueva nadie, pero no nos los impongan a los demás. Esta es la frase que más se repetía y huelga hablar de la intolerancia que destila.

"Si se prohiben los crucifijos, que se prohiban también los pañuelos en la cabeza de las niñas musulmanas." Esta frase es todo un ejercicio de hipocresía, en primer lugar porque supongo que todos recordamos el follón que se montó al respecto hace unos años, y en segundo lugar porque no es equiparable un símbolo religioso personal a uno que preside una estancia: no creo que nadie haya dicho nada contra cruces al cuello, cofias o alzacuellos, pero este señor ya se está lanzando contra un símbolo del mismo rango.

Aparte, había chistecillos fáciles del tipo: "Me apellido cruz: ¿me echarán del colegio?", "¿Se cancelarán las navidades?", "¿Prohibirán los belenes?", y sandeces por el estilo.

Después de todo esto, reconozco que las religiones han hecho avanzar a las sociedades a lo largo de la historia (aunque no en todo momento), pero actualmente son mayor motivo de enfrentamientos y retraso intelectual que de otra cosa (por si alguien no sabe leer, estoy generalizando). Qué bonito sería un mundo sin diferencias religiosas... Sin religiones, vamos.