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3/3/11

Viaje al Oeste (12)


En su camino hacia el oeste, Tripitaka y sus discípulos atraviesan un reino compuesto únicamente por mujeres, y su reina quedará prendada del monje, por lo que organizará de inmediato su boda con él. Tripitaka accederá con la intención de escapar antes de que se consume el matrimonio y no perder así ni una gota de su Yang. Todo este plan es urdido para poder salir del trance sin derramar la sangre de las muchachas del reino que, a fin de cuentas, son humanas y no demonios. Sin embargo, cuando se disponen a escapar, el monje cae en las manos de un demonio que pretende acostarse con él para robarle su Yang y convertirse así en inmortal, y al que el Rey Mono no tendrá inconveniente en matar para liberar a su maestro. Tras todo esto, Tripitaka bebe de las aguas de un río que tienen la propiedad de embarazar a quien las toma, por lo que queda en estado. Para acabar con su embarazo debe beber el agua de un estanque, único remedio capaz de provocar el aborto, pero un monstruo lo protege y no está dispuesto a permitir que se lleven tan preciado líquido.

Ante tan sorprendente historia para los tiempos que corren, sólo se me ocurre recapacitar sobre una serie de cosas. La primera es el abierto desprecio que el budismo (esa religión tan adorada por tanto iletrado que al mismo tiempo desprecia el cristianismo, cuyos principios me parecen infinitamente más dignos) hace del sexo femenino. No hace falta ningún estudio en profundidad para entender que el tan preciado Yang que proporciona virtud y que hay que atesorar a toda costa no es otra cosa que el esperma. Las mujeres no sólo son despojadas de toda virtud por carecer de él, sino que son degradadas aún más al ser ellas las no lo arrebatan, alejándonos de este modo de la perfección.

Dejando a un lado estas consideraciones místico-religiosas, pasemos a lo moral y cultural, que es lo que me interesa. Resulta (o me lo resulta a mí) sorprendente cómo coexisten en la misma historia una visión tan tradicional del amor y el sexo (tradicional para los católicos, al menos) y otra tan “progresista” del tratamiento de las consecuencias de este último. Mientras que lo que prima en el tiempo que Tripitaka pasa entre las mujeres es el amor que la reina siente por él, con el sexo como consecuencia lógica de ese amor, cuando es raptado por el monstruo, lo único que este último busca es sexo, quedando así convertido en un acto vil y reprobable (propio de monstruos), al ser despojado de su irrenunciable compañero. Pero no es esto tan cristiano como puede parecer, pues a pesar de ser presentadas ambas cosas como partes de un todo en el que el sexo no puede existir sin el amor (aunque sí el amor sin el sexo), al menos no sin mancillarse, ese sexo no da jamás indicaciones de estar dirigido a la procreación, sino que se presenta como un fin en sí mismo, lo cual resulta lógico si tenemos en cuenta que nos movemos en un ámbito en el que todo destino está escrito de antemano y dominado por la rueda de las reencarnaciones.

Quizá esta última afirmación que acabo de hacer pueda explicar por qué no se da mayor importancia a un acto como el aborto, que es enfocado con enorme naturalidad, sobre todo si tenemos en cuenta que quien pretende abortar es un monje sin tacha que lleva dedicado a la virtud durante diez reencarnaciones seguidas y que siempre actúa para seguir los designios de Buda y del bien supremo. Pero no es sólo la lógica tranquila con la que se trata el aborto lo que sorprende, sino el dilema que supone la historia en su conjunto. Como recuerdan, el monje Tang bebe de las aguas del Arroyo de la Fertilidad sin saber a qué se está exponiendo, por lo que queda embarazado “por accidente”. Y ese “accidente”, de haber llegado a término, podría haber acabado con su misión en la vida: recoger las escrituras de la mano de Buda. Es cierto que nosotros no tenemos misiones tan grandilocuentes, pero quién más, quién menos, quiere llevar a algún término su propia vida. Así que ¿es esa la justificación necesaria para tal acción? En realidad, en estas circunstancias el aborto no supone un gran problema, sólo el leve retraso de la colocación de ese espíritu en la rueda de las reencarnaciones (no olvidemos que los abortistas Tripitaka y sus discípulos son aquí los representantes del bien, mientras que es nada menos que un demonio quien quiere impedir el aborto), pero resulta agradable ver en estas tres historias tan antiguas una gradación ilustrativa de las prioridades vitales, que pueden ser razonadas cada vez y puestas en su lugar, y no el inamovible concepto de bueno y malo al que la moral católica nos tiene acostumbrados y acorde al cual hay que organizar todo discurso.

29/1/11

Podio libros 2010


Al igual que hice el año pasado, voy a permitirme éste erigirme en juez y confeccionar un pequeño listado con los cinco mejores libros que he leído este año. Cierto es que no ha sido un año pródigo en lecturas, pero no por ello han dejado de llegar unas cuantas joyas a mis manos. He decidido, también, suprimir la lista de cómics, puesto que no son muchos los que he leído lo suficientemente buenos, así que he salvado un único título y lo he introducido en esta lista. En fin, vamos allá.

5

CLAUDE BLETON, Los negros del traductor

Resulta increíble cómo, partiendo de un hecho tan pedestre y aburrrido como puede ser el de los negros literarios, esta novela lo convierte en una alegoría fantástica-detectivesca capaz de invertir los papeles entre autor y negro, y que ejemplifica de una extraña manera el problema de cómo debe abordarse una traduccción literaria. Genial tanto en su vertiente detectivesca como en la metaliteraria.

4

JIRO TANIGUCHI, Tierra de sueños

Me encanta cuando un relato consigue introducir en mí la nostalgia de momentos que nunca he vivido, y eso es lo que hace Tierra de sueños: cinco breves historias marcadas por las mascotas de una familia y que hacen referencia a distintas etapas de la vida y las decisiones que debemos tomas en ellas. Sin duda el mejor cómic que he leído este año.

3

YU HUA, ¡Vivir!

¡Vivir! es la historia trágica de Fugui, el hijo de un terrateniente chino bien posicionado, que irá perdiendo, poco a poco, todo lo que su nacimiento le había concedido. De ese modo, la vida opulenta actual se irá despojando progresivamente de todo hasta quedar reducida a lo esencial para la realización personal del individuo. Sorprende de Yu Hua que trate con el mismo desdén al Kuomingtang, al Partido Comunista Chino y al ejército, y que sin embargo siga publicando en China, imponiendo su altísimo número de ventas a la censura. Un novelista chino muy recomendable.

2

APOLONIO DE RODAS, Argonáuticas

Parafraseando a Javier Marías, los clásicos ya sabían contar historias, y lo hacían mucho mejor que nosotros. Y es que por mucho que algunos se empeñen en decir que su forma de narrar es aburrida, lo cierto es que sus técnicas resultan mucho más precisas que las que hoy en día utiliza la secta de los escritores de best-sellers, dándonos las carácterísticas de los personajes y lugares que sí son necesarios para el correcto discurrir de la aventura y librándonos de toda la paja molesta e innecesaria. Sólo una cosa se echa en falta: Apolonio nos cuenta la consecución del vellocino de oro, pero nos priva del regreso al hogar y la recuperación del trono usurpado.

1

Viaje al Oeste

No sólo ha sido el mejor libro de este año, sino que se ha convertido en uno de los mejores de los que he disfrutado nunca. Resulta difícil centarse en una sola cosa puesto que se trata de una novela río del alcance, casi, del mismo Quijote. La cantidad de historias son tantas y de tan variada índole, que centrarse en una rebajaría sin duda el nivel del libro. Tripitaka Tang deberá viajar al Paraíso Occidental para conseguir las escrituras sagradas de Buda, y el camino está lleno de pruebas en forma de monstruos, haciendo referencia cada una de ellas a un aspecto distinto de la existencia. Dos mil doscientas páginas que verdaderamente merecen la pena.

13/12/10

Misógino y sentimental


Hoy me he sentido Bécquer un instante: misógino y sentimentalmente romántico al mismo tiempo. Al levantar la vista de mi novela en la cafetería la he visto, en una mesa a mi lado, con una piel de lisa perfección en su rosada tez, su cabello ganando su cintura en rubia ondulación, sus ojos oscurecidos por una leve sombra artificial, sus labios llamativos, su mentón trazando una delicada curva hasta su blanco cuello que se perdía entre su pelo... Y su apostura. Firme, encarada al frente, con una mirada expectante que se perdía en el vacío, en actitud de espera, abrumadora, solemne y arropada de silencio en ese entorno ruidoso. Parecía dominar el tiempo, marcando los segundos en su actitud de espera, las manos en la mesa una sobre otra, sin cruzar los dedos, sin cruzar los brazos, sin moverse, sólo reposando. No era su belleza, no era su cuerpo: era su estatismo, su postura mantenida, la calma entre tanto caos. Podría haber dejado caer su pañuelo y no habría habido caballero que lo recogiera, pero ella tampoco, ella no lo habría recogido, no se habría agachado para ello, no habría estropeado su pose relajada en favor del antiestético escorzo, porque eso habría estropeado su embrujo y ella lo sabía, o parecía saberlo.

Y entonces le adiviné una voz, y me sentí Bécquer pues en ningún caso quería oírla. Oír su voz, lo que con ella tuviera que decir, habría estropeado la magia que se encontraba en su aura. Lo habría manchado todo de realidad y eso no era interesante: lo interesante era lo que evocaba, lo que con su presencia sugería y con su silencio mantenía oculto. Eso deben de ser las musas: los espíritus misóginos del amor que cercenan el sonido, pues su misión es entrar por los ojos y sólo por los ojos.

¿Que es estúpida? ¡Bah! Mientras callando
guarde oscuro el enigma
siempre valdrá lo que yo creo que calla
más que lo que cualquiera otra me diga.
G. A. BÉCQUER, Rimas

2/12/10

Citas


Por mucho que se desprecie el dinero, ¡cómo sitúa a un hombre! [...] viendo de pronto brillar el oro [...] él, que unas semanas antes se habría indignado ante semejante propuesta y me habría puesto de patitas en la calle, me contestó encantado: "Cómo no, mi querido señor Nicklausse, faltaría más, es un gran honor para nosotros". [...] Semejantes recuerdos nos llevan a bendecir este oro tan despreciable, porque sólo él hace posibles semejantes alegrías.

ERCKMANN-CHATRIAN, Cuentos de las orillas del Rin, "El tesoro del viejo duque"

16/11/10

Citas


Nos encontramos en la última de tres generaciones que la Historia tiene el capricho de repetir de cuando en cuando. La primera necesita un Dios, y lo inventa. La segunda levanta templos a ese Dios e intenta imitarlo. Y la tercera utiliza el mármol de esos templos para construir prostíbulos donde adorar su propia codicia, su lujuria y su bajeza. Y es así como a los dioses y a los héroes los suceden siempre, inevitablemente, los mediocres, los cobardes y los imbéciles.
ARTURO PÉREZ-REVERTE, El maestro de esgrima

2/11/10

Citas


Porque el vendedor sólo debe tener un objetivo: el éxito. Ahora bien, el éxito y el fracaso van siempre un trecho por el mismo camino. Nosotros resistiremos hasta la bifurcación, y no desmayaremos nunca [...] Por eso debéis preveniros contra la soledad. La soledad y la melancolía son los peores enemigos del vendedor. [...] Pero nosotros no sucumbiremos nunca al desaliento. Recordaremos que cada fracaso anuncia la cercanía de la victoria [...] Debéis de ser pacientes y obstinados [...] Viviréis en el presente; nuestro reino es el ahora.

LUIS LANDERO, El mágico aprendiz

4/6/10

Viaje al Oeste (11)


La estructura narrativa de las series de anima y manga shonen siempre me había parecido demasiado básica y poco trabajada, con el esfuerzo mínimo para llegar al público infantil que busca atrapar, y sin ofrecer nada más que unos personajes tipo que se iban repitiendo de serie en serie. Me explico: lo que siempre vemos es a un protagonista fuerte que debe enfrentarse a alguien más fuerte que él; tras derrotarlo se hace más fuerte hasta que aparece otro enemigo todavía más fuerte al que de nuevo debe derrotar, y así sucesivamente hasta llegar al final de su viaje, donde su camino se completa y aparece plenamente realizado. Quizá los dos exponentes más perfectos (por lo clásico, no por la complejidad de su historia) sean Dragon Ball y Saint Seiya, siendo, además ,la primera nada menos que una adaptación del Viaje al Oeste, en la que vemos a Sun Wu-Kung transformado en el entrañable Son Goku (nombre que no es otro que el que el Rey Mono recibe en japonés), que además exhibe varias de las características del original: su rabo, su capacidad de transformarse, la barra que se alarga a una orden suya y su habilidad para viajar en las nubes.

Ese esquema de batallas y superación es el mismo que nos ofrece el Viaje al Oeste, y resulta un sistema narrativo oral perfecto para el desarrollo de una narración épica tan larga. Y digo larga porque la historia tiene nada menos que cien capítulos, cada uno de ellos de una extensión similar (algo mayor) a cada uno de los cantares del Cid. Si recordamos que en este último las compañías de juglares empleaban tres días para cantarlo, estaríamos hablando aquí de una recitación de nada menos que cien días (es evidente que no puedo asegurar esto, pues poco sé de la transmisión de la épica china). Resulta, pues, comprensible que los oyentes, conforme avanzan los capítulos, olviden algunas de las cosas que habían sucedido anteriormente, o incluso que se hayan perdido ese "capítulo", pues no olvidemos que se trata de literatura para el pueblo, que siempre se encuentra muy atareado. Así pues, la repetición se justifica y se convierte en un vehículo conductor perfecto para una historia de larguísima duración y, además, proporciona una serie de clímax y anticlímax que mantienen la atención del oyente. Esa misma situación se da en los shonen, que muchas veces se componen de cientos de capítulos. Y no olvidemos que también se pretende transmitir una serie de valores religiosos y morales. Si bien en Viaje al Oeste queda patente el enfrentamiento entre taoísmo y el emergente budismo a favor de este último (aunque Lao-Tse aparezca retratado como un sabio, sus intentos por detener al Rey Mono fracasan, además de ser burlado por él, mientras que triunfa le maestro budista Tathagata) hasta el punto de que Wu-Kung se convertirá a esta religión tras haber alcanzado el Tao, en las actuales series los valores religiosos o sociales desaparecen para quedar reducidos en un primer momento a la amistad y más adelante a la superación, muy adaptado a la sociedad competitiva actual.

Como ya dije anteriormente, oralidad y esquemas narrativos vigentes a través de los siglos: Nihil novum sub solem.

10/4/10

Viaje al Oeste (10) Citas


No hay cumbre sin monstruo ni cima en la que no habite un demonio.

Viaje al Oeste

12/3/10

Miguel Delibes


Ha muerto el abuelo de las letras españolas. Llevaba años sin escribir pero su sombra era alargada. Esperemos que sus nietos literarios sepan mantener su legado.

4/3/10

Viaje al Oeste (9) Citas


"No puede ser condenado quien desconoce la existencia de una norma"

Es evidente que la ley y la justicia no siempre coinciden, pero es que ésta parece ir difuminándose poco a poco al amparo de aquélla. Al menos en el mundo actual. Parece que los antiguos chinos, al menos sus proverbios, tenían más presente la relación que debe existir entre ambos términos: las leyes existen para poder impartir justicia, y no para sustituir a ésta. Con este pensamiento es lógico que quien no conoce una ley no pueda ser castigado por infringirla, son tantas y tan desconocidas para tantos tantas de ellas. Pero eso no parece importar demasiado en un mundo que promulga que "el desconocimiento de una ley no exime de su cumplimiento" y, como es lógico, no podemos cumplir aquello de lo que no tenemos conocimiento, lo que nos puede abocar a procesos kafkianos en los que no comprendamos cuál es nuestro delito, o involucrarnos en terribles problemas por defendernos o por no hacerlo en la forma en que dicta una ley del todo ajena a nuestro conocimiento.

A veces los antiguos proverbios chinos son bastante clarividentes, al tiempo que nos sumen en cierta depresión al comprobar cómo se ha ido deteriorando el sentido de la justicia con el paso de los siglos.

12/2/10

Citas


Tenemos también la hipótesis de la selección natural: todo cuerpo sumergido en el agua y que no sale a flote se lo tiene merecido.

CLAUDE BLETON, Los negros del traductor

7/2/10

Citas


En Francia, el libro tuvo un éxito arrollador, pues lo adornaban todas las virtudes: era corto, de letra grande, y el esquema del mensaje estaba en las primeras líneas [...], lo que ahorraba a los críticos la ingrata tarea de tener que leérselo todo, hasta la última página.

CLAUDE BLETON, Los negros del traductor

13/1/10

Podio cómics 2009


Hasta la saciedad he comentado por ahí que este había sido mi año de descubrimiento del cómic, así que tal como hice el listado de los cinco mejores libros que había leído, haré ahora el de los cinco mejores cómics. No es que hasta ahora no hubiera leído ninguno, sino que este año casi los he devorado compulsivamente en una especie de intento por rellenar ese hueco cultural.

5
Este increíble cómic de estética ciberpunk constituye una suerte de búsqueda de la humanidad. Si bien la materia narrativa no avanza con excesiva fluidez (más bien a trompicones en algunas ocasiones), las disquisiciones de orden moral que la detienen se convierten a la larga en el verdadero cuerpo del relato. Además el texto está salpicado por notas en los márgenes colocadas ahí por el propio autor y que, a pesar de ser difíciles de conjugar en ocasiones con la historia en sí, contribuyen en gran medida a configurar su alma.

4
GUY DELISLE, Shenzhen

Shenzhen constituye el diario de viaje del canadiense Guy Delisle durante el tiempo que estuvo en esa ciudad china para sacar adelante una serie animación. Se trata sin duda de la más divertida de sus novelas gráficas y consta de la superposición de escenas más o menos graciosas que allí le ocurrieron. Sin embargo, en esa aparente sencillez logra retratar de manera muy humana el mundo en el que se vio inmerso durante el tiempo que duró su aventura.

3
Un hijo que ha tratado injustamente a su padre durante toda su vida se dará cuenta de ello a la muerte de éste, al tener que regresar a su pueblo natal para acudir al funeral. Ese es el sencillo argumento de esta genial novela gráfica, en la que el progreso, representado en el hijo que viene de Tokio, tendrá que vérselas cara a cara con la tradición a la que ha intentado vanamente expulsar de su vida, representada en su familia y su pueblo y, como no, en el padre muerto.

2
NATSUO SEKIKAWA, La época de Botchan: La bailarina del otoño

No se trata de la mejor de la serie de novelas firmadas por Sekikawa e ilustradas por Taniguchi (confieso no haber leído aún la última), pero si hay que elegir una, debe ser ésta, pues es la que mejor combina la historia particular que relata con el mundo que quiere retratar. En ella una dama alemana viaja al Japón para acudir a la promesa de matrimonio que le ha hecho un militar, pero una vez allí chocará con la mentalidad japonesa, que obliga al militar a servir a su país dejando a un lado sus sentimientos militares, y faltar a su promesa. Tanto el protagonista de esta segunda parte como Soseki en la anterior llegarán a la misma conclusión tras su aprendizaje en Europa: lo que el Japón debe aprender de Europa es a seguir su propio camino y no tratar de imitarlos.

1
Resulta difícil resumir el argumento de esta ambiciosa obra literaria, pero lo más acertado sería decir que se trata de la Odisea, pero contada en esta ocasión a través de todo un linaje familiar. En ella una familia compuesta por los mejores guerreros del universo deberá encontrar su particular Ítaca. En realidad cada uno de esos terribles guerreros son alter egos de otros igualmente terribles héroes griegos, pero colocados en un mundo de ciencia ficción en el que, al igual que en el nuestro, reinan el poder, la fuerza y la corrupción.

9/1/10

Podio libros 2009


Pues como el 2009 está ya terminado definitivamente, me tomaré la licencia de hacer una lista (me encantan las listas absurdas e inútiles) con los cinco mejores libros que he leído este año (con un particular criterio, pues no pienso utilizar tan solo argumentos de calidad, sino mi gusto personal). Quizá se pregunten porqué la lista sólo incluye cinco títulos. Es bien sencillo: poner por orden de preferencia un número mayor de cinco es una tarea que no me apetece llevar a cabo (demasiado cansada). Además, por motivos económicos, todos los títulos intersantes publicados en 2009 los he dejado postergados para 2010; entonces habrá que echarles un vistazo. Ahí vamos.

5
Fitzgerald nos transporta a un mundo que al principio parece llevarnos a un estado de felicidad casi infantil, pero que al final terminará dejándonos un gusto bastante amargo. En él las relaciones personales y los afectos se revelan como algo superficial en el esquema del sueño americano, conformando un mundo carente de valores que observamos desde la distancia y contra el que se nos pone en guardia.

4
Sin duda la mejor de las tres primeras novelas de Sherlock Holmes (tengo pendiente la lectura de las publicadas tras ella). El famoso detective se enfrenta a una suerte de misterio licantrópico que amenaza al heredero de una gran fortuna. Las deducciones de Holmes se vuelven en esta novela mucho más serias que en las dos anteriores, y no es de extrañar, pues Doyle lo ha hecho pasar por múltiples aventuras en dos libros de relatos.

3
El título de esta falsa (o así lo espero) autobiografía viene dado por la máscara metafórica que el protagonista debe ponerse para ocultar su verdadera personalidad y vivir así en sociedad. Si bien Mishima era bastante raro, no creo que llegara a los extremos de este personaje apocado, sádico y obsesionado con una muerte heroica. Sin embargo representa a la perfección el enfrentamiento entre la persona individual y la sociedad, que si bien es un tema universal, resultaba mucho más peliagudo en la época en que fue escrito, en un Japón recién salido de la Segunda Guerra Mundial y que perdía rápidamente sus tradicionales valores colectivos para sufrir una profunda ocidentalización.

2
No sé si me lo imagino o realmente es así, pero esta novela, probablemente la más conocida de Asimov, se me antoja como una especie de denuncia del la utilización del conocimiento como arma de poder. En ella una organización religiosa que detenta el conocimiento de toda una civilización lo exhibe como una magia que sólo ellos pueden controlar, con lo que hacen que todas las demás naciones dependan de ellos. Es fácil identificar a esta organización con el Vaticano, pero más allá de eso, parece denunciar también el actual sistema económico, en el que se crean unas necesidades ficticias que una vez establecidas deben ser mantenidas a cualquier coste.

1
Botchan significa señorito, y eso es precisamente lo que es su protagonista: un señorito que se ve obligado a vivir en un pueblo del que desprecia a sus habitantes por no haber sido educados como él. Y más allá, es la alegoría del encuentro de dos modos de vida totalmente opuestos en el que uno supuestamente más avanzado desprecia al otro (occidente-oriente) al final de la era Meiji. El enfrentamiento de Botchan con el pueblo, del que deberá aprender para madurar y seguir adelante, es el enfrentamiento del Japón con occidente. Una novela humorística, pero que encierra una gran enseñanza: todos tenemos algo que aprender de los demás, pero eso no implica la imitación de estos, sino la superación de nosotros mismos.

26/12/09

Citas


Estaba enamorada de mí. Creía que yo sabía mucho, porque sabía cosas diferentes de las suyas.

F. SCOTT FITZGERALD, El gran Gatsby

19/12/09

Viaje al oeste (8)


He de reconocer que el Viaje al Oeste no tiene unas técnicas narrativas que deslumbren, ni mucho menos que sean innovadoras, pero no importa, pues no es eso algo que le reste calidad, pues su grandeza está en el material narrativo que contiene. Como he venido repitiendo anteriormente su técnica narrativa se basa en la oralidad, lo que nos lleva a la repetición de muchos elementos, fórmulas e incluso la constante recopilación de las aventuras anteriores. Dicha recopilación también se da en la onomástica que, como dije en otra ocasión, va cambiando, pero los nombres sustituidos de los protagonistas no quedan atrás, sino que son recuperados convenientemente.

El estilo es el propio de la épica, incluyendo grandes batallas para el enaltecimiento de los héroes, y logrando siempre la victoria sobre el enemigo o su conversión y, como en la épica occidental, lo importante no es tanto el método utilizado para ello, sino el resultado final. Aunque con matices: nunca actuarán contra las normas generales del buen obrar. Así, Sun Wu-Kung matará a quien se interponga en su camino, pero porque su camino está decidido por la Bodittsava e ir en su contra es ir contra Buda y por lo tanto merece su castigo.

Si bien la victoria supone vencer en batalla y una simple superación del héroe, las cosas se complican en cuanto a la conversión de los villanos para la causa, pues no se los suele convencer mediante razonamientos, sino más bien mediante coacciones y amenazas. Se aplica aquí el refrán de que "el fin justifica los medios", pues, aunque e principio parezca perjudicarse a la "víctima", lo que se busca en última instancia es su iluminación por Buda, el bien mayor para él. Y estas acciones son llevadas a cabo por divinidades, que sin duda saben cuál es el mejor camino para nosotros.

9/12/09

Citas


Ahora la gente empieza a burlarse de la vida de familia y de las istituciones familiares; más adelante se echará todo por la borda, y se permitirán los matrimonios entre blancos y negros.

F. SCOTT FITZGERALD, El gran Gatsby

29/11/09

Citas

-Es el sujeto que "arregló" las "World Series" en 1919.
[...]
-¿Cómo pudo hacerlo?
-Vio la oportunidad.
-¿Y cómo no lo han metido en la cárcel?
-No pueden cogerle, camarada: es un tío listo.

F. SCOTT FITZGERALD, El gran Gatsby

18/11/09

Viaje al Oeste (7)


Estamos tan acostumbrados a enfrentarnos a folios impresos y encuadernados que a veces olvidamos que la literatura ha sido, a lo largo de su historia, eminentemente oral. No comprendemos la literatura como algo escuchable y es por ello que raras veces identificamos el teatro con ella. Incluso hemos relegado el que nos lean una historia como una actividad más bien propia de niños. También el cine es literatura aunque no nos demos cuenta, sólo que más evolucionada y con sus propias normas para contar historias (si me preguntaran a mí por el futuro de la literatura, diría que está en la novela y en el cine).

Bien es cierto que poco tiene que ver todo esto con las aventuras y enseñanzas del Rey Mono, pero no he podido evitar que me llame la atención el final de cada capítulo de esta descomunal historia: "No sabemos que ocurrió después. Quien quiera descubrirlo tendrá que escuchar con atención lo que se dice en el siguiente capítulo." Con sus variaciones.

Y la clave está en la palabra "escuchar", porque no dice leer, dice escuchar. Así que lo que ahora nos planteamos (yo me planteo) como miles de páginas de concentrada lectura, habría que entenderlo más bien como numerosas horas de paciente escucha. Es lógico si tenemos en cuenta la época en la que fue plasmado por escrito; si bien eso sucedió en el siglo XVI, se trata de la unión y novelización de historias muy anteriores, y no hace falta insistir en el altísimo porcentaje de analfabetismo que había, más aún en un país como la China, cuya escritura ideográfica (sin ninguna indicación de la fonética) y sus más de cinco mil caracteres complejos (bien es cierto que muchos de ellos formados a partir de la unión de otros más sencillos), ha provocado que el analfabetismo llegara hasta bien entrado el siglo XX, e incluso muchas personas mayores continúan sin saber leer ni escribir a día de hoy.

Pero hoy ni siquiera queremos escuchar y se hace alarde de la incultura que antes provocaba vergüenza o, cuando menos, comedimiento. ¿Cúantas veces hemos oído a otros decir que de eso "ni sé ni me interesa" o despreciar los conocimientos de otros por facilones o por inútiles? ¿Cuántas veces hemos oído aplicar el estúpido refrán de que sobre gustos no hay nada escrito a las artes por gente que las desconoce totalmente?

Quizá el problema sea nuestra forma de adquirir conocimientos, porque lo hacemos leyendo en privado y eso nos imposibilita compartirlos. Porque escuchar es una actividad que suele hacerse en grupo. Y quizá si todos esos adoradores de su propia ciencia infusa se hubieran dedicado a escuchar más, y hubieran escuchado con atención lo que se decía en el siguiente capítulo, ahora tendríamos un mundo menos idiota del que tenemos.

16/11/09

Viaje al Oeste (6) Citas


Tú no eres más que una bestia que ha obtenido en esta reencarnación un envoltorio humano. ¿Cómo te atreves, entonces, a aspirar a lo que nunca podrás alcanzar y está totalmente por encima de tus posibilidades? Tu actitud constituye una pura blasfemia.