30/1/09

Citas


En eso les lleváis ventanja... Vosotros sí podéis experimentar a Dios.

[...]

He dicho experimentar, no demostrar...


J. J. BENÍTEZ, Caballo de Troya 6

26/1/09

Maestros de la adecuación



Al principio (con eso de las prisas) creí que se trataba de un anuncio de la Comunidad de Madrid, lo que me extrañó sobremanera, por eso de una presidenta del Opus Dei llenando los pasillos del metro con anuncios de condones. Pero no. Se trata de una campaña institucional del Gobierno de España (sigue asombrándome, de todos modos, que Aguirre no se haya sublevado y la haya impedido, como ha hecho ya con tantas cosas por capricho personal, sin importarle leyes ni procesos), por lo que supongo que también la compartirán los metros de Barcelona y de Bilbao. Aunque no puedo asegurarlo.

Quizá me estoy volviendo viejo (no voy a descartar la posibilidad), pero es que yo siempre había creído que las enfermedades de transmisión sexual, el SIDA (a la cabeza de éstas), los embarazos no deseados (sobre todo entre adolescentes) y los condones en general eran un tema serio y no algo de broma, jocoso y divertido, como parece dar a entender esta campaña de (¡ojo!) información institucional. Que si fueran realmente anuncios de condones lo entendería, por eso de que hay que vender y el target está perfectamente elegido, con eslóganes y gráficos que se les adaptan sin duda. ¡Pero es que no lo es! ¡No son anuncios de Durex ni de Control! Es una campaña informativa con frases tan ingeniosas como “Con Koko yo gozo mogollón” o “Yo lo pongo yo controlo”, y a la que le han puesto el paralizante nombre de “Yo pongo condón”. Vamos, que ni prevención ni leches; a lo que de verdad anima esto es a follar todos como locos. Que no digo que esté mal, pero me parece inadmisible en un mensaje institucional y además tan claramente dirigido a los adolescentes.


No sé si se habrán fijado ustedes en los eslóganes y título de la campaña, pero cuando yo los veo no puedo evitar recordar una canción de hace unos años, que decía: “¡Hey! ¡Hey! A pelo piqué, bicho malo pillé”. Digo yo que ya puestos el Gobierno de España podía haber tomado esta canción y usarla para algún anuncio en la tele, ¿no? Y teniendo en cuenta el primero de los eslóganes lo podrían aderezar con un grupo de negras indígenas desnudas bailando una danza de la lluvia alrededor de un enhiesto falo gigante, que finalmente estallaría regando a las participantes que a su vez podrían cubrirse con condones gigantes para protegerse de la consabida lluvia. Creo que esto cuadra bastante con el espíritu de la campaña informativa, por llamarla de algún modo.

Pero es que aquí no acaba la cosa. Porque quince pasos más allá de los carteles, a la vuelta de la esquina, nos encontramos, en pleno pasillo del metro, una máquina de condones. Ya saben, un lugar estratégico para colocarla, con una marea de gente pasando a tu espalda o esquivándote, seguro que más de uno mirándote mal por adquirir esos instrumentos del diablo (recordemos las “sabias” palabras de la última multitudinaria misa de monseñor Rouco al respecto)... El sitio idóneo para venderlos, sin lugar a dudas. Y ahí está el quid: para venderlos. Porque, efectivamente, la maquinita tiene ranura para las monedas. Que digo yo, ya que es una campaña de prevención, lo suyo sería darlos gratis ¿no? Total, el resultado en semejante ubicación iba a ser el mismo: no creo que jamás vayan a tener que reponer el producto de esas máquinas (aunque tal y como somos en este país, si los ponen gratis quizá hasta los creyentes más ortodoxos se llenen los bolsillos de preservativos, aunque sólo sea para llenar de globitos la fiesta de cumpleaños de algún infante -que son capaces-).

Aquí les dejo con la página web de la campaña. Véanla. Lo dicho: no tiene desperdicio

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16/1/09

Autobús idiota


Siempre me ha resultado bastante molesto que una de las premisas del cristianismo sea el apostolado, esto es, lo que referido a cualquier otra cosa suele llamarse proselitismo. Y no me refiero a comunicar su fe a quien quiera conocerla, lo cual me parece perfecto, sino a comunicarla por fuerza, te interese o no, casi imponerla. Entre otras cosas porque eso va en contra de las enseñanzas de quien dicen revelar, que terminaba muchos de sus discursos con frases como “el que quiera entender que entienda” o “el que tenga oídos que oiga”. Esto viene a querer decir que él no obligaba a nadie a seguirle, ni tan siquiera a escucharle, al contrario que la Iglesia, que se muestra incluso ofendida cuando no se siguen sus preceptos.

Ese me ha parecido siempre un grado de prepotencia (e incluso de estupidez) que hay que evitar a toda costa (además, sería muy aburrido que todo el mundo nos diera siempre la razón). Ahora el mundo ateo parece haberse contagiado de ese mal, al comenzar una campaña publicitaria para dar a conocer (más proselitismo) la no existencia de Dios. La campaña (que, supongo, ya conocerán) utiliza, en autobuses urbanos, el eslogan “Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta la vida”. Mucho he tenido que leer ya en favor de esa campaña, artículos idiotas que hacían énfasis en la palabra “probablemente”, elogiando su uso porque ponía de relieve que los ateos no tienen la repuesta absoluta de la que alardean los creyentes. Pues bien, a mí lo que me toca las narices es lo de “deja de preocuparte”. Pero ¿quiénes se han creído que son para decirme lo que tengo que hacer o dejar de hacer con mis creencias? Todo el mundo se ha empeñado en decir que los ateos por fin salen del armario (valiente estupidez) y que la campaña es meramente informativa. ¡Pues no! Desde el momento en que usan esa frase su campaña es proselitista, pues me están instando a actuar como ellos, sin importarles si me interesa o no. Además, el “probablemente” es puro maquillaje, pues ellos mismos se han identificado como ateos y el ateísmo es la convicción de que Dios no existe.

Por otro lado la respuesta de los creyentes no ha sido menos estúpida: han lanzado a las calles otro autobús con la leyenda “Dios sí existe. Disfruta de la vida en Cristo”. Otra afirmación categórica, otra intromisión en nuestras creencias, más proselitismo y la infame intención de que sigamos sus normas.

Los primeros siempre se han escudado en que no puede demostrarse la existencia de Dios. La Iglesia, callando cierto dogma de fe establecido en el Concilio Vaticano I que dice que la existencia de Dios puede ser demostrada por la razón sin ayuda, actualmente se defiende con la imposibilidad de aquellos de demostrar la no existencia de Dios (lo que quiere decir que ha tenido que retroceder posiciones, se ha vuelto más sensata). Sin embargo los dos parecen creer tener derecho a tratar de imponernos sus indemostrables ideas, una gran falta de humildad por ambas partes (igual de grave en ambos casos, pues unos la predican y los otros siempre se lo han achacado a sus contrarios).

Si esto ya está sucediendo, pocos reductos intelectuales nos quedan en los cuales refugiarnos.

14/1/09

La vergüenza de Gaza


Leer las noticias sobre la invasión israelí de la franja de Gaza se está convirtiendo últimamente en todo un despliegue cómico de pésimo gusto. Sí, ya saben, eso que las autoridades israelíes llaman guerra. Una guerra en la que sólo interviene un ejército, ¡qué curioso!: ¿dónde está el ejército palestino? ¡Ah, se me olvidaba! Palestina no es un país. Al menos no lo es según la visión de Israel cada vez que decide bombardearlo. Tan sólo es un nido de terroristas que, al parecer, hay que exterminar.

Y en esas estamos, enrojeciendo de vergüenza cada vez que algún mandatario de ese país aparece en los medios hablando de democracia, terrorismo o legítima defensa. La última (o una de las últimas, a estas alturas han podido hacer 5 ó 6 más) ha sido en verdad genial. La diplonacia (y lo de diplomacia es sólo por ponerle algún nombre) israelí se molestó por la condena de Zapatero a sus “actuaciones” y, dos días después, el representante de Israel en España, cabreado por la asistencia del gobierno a la manifestación de rechazo, soltó indignado que aquello era una vergüenza, que nunca se habían manifestado por los cohetes lanzados contra Israel (por esos perros infectos del demonio, le faltó decir). Lo que no entiendo es por qué ninguno de los periodistas presentes le espetó: “¿Y cuántas manifestaciones de repulsa por los atentados de ETA ha habido en Israel?” Aunque dudo que esa gente para la que sólo ellos son humanos tenga la menor idea de lo que es ETA. Viven escudados en el temor de occidente hacia el terrorismo islámico para cometer sus propias fechorías.

No quiero decir con esto que ellos tengan que movilizarse, ni tampoco España, por cada atentado perpetrado en en cualquier parte del mundo. Desgraciadamente, de ser así, habría manifestaciones todos los días. Pero es que España se ha movilizado ante el abuso terrorífico de Israel sobre Palestina y, aunque ellos lo pretendan, en ningún caso se puede usar los mismos términos en orden contrario.

En cuanto a la participación del gobierno, pues qué quieren que les diga. Soy de la opinión de que un gobierno jamás debería salir a la calle a manifestarse, entre otras cosas porque es el gobierno y tiene poder para hacer algo más aparte de berrear. Pero dado que nuestro gobierno de izquierdas tiene las políticas económicas y culturales más de derechas que he visto nunca (para ellos ponerse un vestido de Ágata Ruiz de la Prada es una acción cultural), algo tendrán que hacer para diferenciarse del PP. Digo yo.

Además, ya ni siquiera puedo pensar que la culpa es del gobierno y no de los ciudadanos pues, según dicen, las últimas encuestas electorales dan un mayor apoyo al gobierno israelí después de sus últimas barbaridades. De auténtica vergüenza. Pocas cosas positivas pueden esperarse de una población así.

Por último, y aunque algunos se empeñen a esgrimir el argumento de la defensa frente al terrorismo de Hamas, ni siquiera eso da derecho a Israel a hacer lo que está haciendo. El equivalente aquí vendría a ser que el gobierno español bombardeara el País Vasco y Navarra porque ahí es donde se esconden los terroristas de ETA. ¿Nos parecería eso bien? Entonces, ¿por qué a tanta gente le parece tan bien que se haga eso mismo en Palestina, en la que, como aquí, sí, hay terroristas, pero no lo son todos? Me gustaría saber.

12/1/09

Citas


Los peores enemigos del mundo son con frecuencia los que se presentan como sus salvadores.

ANTONIO MUÑOZ MOLINA, "Salvar el mundo", Muy Interesante, nº 332, enero 2009, p. 16.

8/1/09

Fauna en el metro (1)


Les juro que es totalmente cierto. No sé qué edad tenía el sujeto pero yo le calculé unos 40 ó 45 tacos. Aunque si lo cascado de su voz no me hubiera obligado a levantar la cabeza para mirarlo habría jurado que tenía 16 ó 17. Ninguna otra edad podía esperarse de su conversación por el móvil.

-Me lo ha pedido mi madre y se me ha olvidado comprarlo. ¡Qué bronca va a echarme!

Pausa. Los músculos de mi cara se contrajeron en un rictus de espanto que traté de disimular en un esfuerzo probablemente inútil.

-Pues no quiero ir... Oye... ¿Puedo dormir en tu casa?

En ese momento deseé que todo fueran imaginaciones mías aunque, francamente, lo dudaba.

-¿No? ¡Vaya! Y ¿sabes si (y aquí pronunció un nombre que no recuerdo) está sólo?

¡Uau! (o “wow”, ahora que Desigual lo ha puesto de moda). Estaba asistiendo en vivo a lo que tantas veces había visto en series americanas malas. En aquel momento el metro paró y el tipo se bajó, así que no pude averiguar en qué quedaba la cosa. Quizá fuera mejor así: en mi cabeza un tipo de 40 años no quería ir a dormir a casa de su madre porque temía que lo reprendiera por haberse olvidado de comprar algo y quería que un amigo lo alojara en su casa para evitar la bronca. No sé cómo se sentirían ustedes en una situación parecida, pero les aseguro que yo estaba buscando la cámara oculta.

En fin... ¿Qué más sorpresas me depararía el metro de Madrid?

7/1/09

Diarios madrileños (apéndice a la parte cuarta)


El bono de metro y bus que no sirve en realidad para todos los buses del área urbana, por mucho que estos dependan del gobierno de la Comunidad de Madrid, ya no me supone un sangrado de 43 euros mensuales, sino que ha subido a 46. De modo que además de dar un pésimo servicio, lo encarecen de manera desorbitada. Y además luego tienen la inmensa caradura de hacer los desfachatados anuncios que hacen sobre el metro de Madrid. Los expongo: en vallas han colocado varios de los monumentos más conocidos del mundo (estatua de la libertad, esfinge...) mirando dentro de una entrada del metro y con la frase "El metro que todos quisieran tener, vive en Madrid." Una coña si tenemos en cuenta lo viejo que está, lo lento que es y la cantidad de veces que se avería.

En televisión han puesto a un sin techo yendo por todas las tiendas de la ciudad y usando todas la muestras de los expositores para arreglarse para una cita con su amor (otra sin techo), y al final la cena de la velada la tienen dentro de un vagón del metro (?). Terminan el despropósito diciendo que lo bueno del metro de Madrid va por dentro o algo así. Una vergüenza y una burla para toda la gente que vive en la calle, sobre todo si tenemos en cuenta que esta es la ciudad con mayor índice de mendicidad que he visto en toda España (lo digo en serio, es increíble la cantidad de gente que hay pidiendo dinero en la calle, en las iglesias, en el metro... en todas partes.

En fin, juzguen ustedes mismos. En mi opinión, vergonzoso.

6/1/09

Una verdad como un templo

Foto extraída de Mi mesa cojea (qué razón tiene)