28/4/10

Hora de comer


Si alguna vez comencé una dieta, ésta se fue definitivamente al carajo el sábado. Y es que no se nos ocurrió mejor idea que ir a uno de esos lugares llamados bufés libres, en los que la posibilidad de comer sin límite hace (al menos en mi caso) que uno quiera probar todos y cada uno de los platos que allí se encuentran. Adelanto que tal intención fue imposible de llevar a cabo debido a la desproporcionada cantidad de comida que allí había reunida: comida china, mariscos, sushi (un tipo hacía las bolitas de arroz y colocaba el pescado sobre ellas sin parar), comida española (con otro tipo preparando paellas a destajo), comida italiana, wok, pizzas, una parrilla de carnes argentinas en la que cocinaban todo en el acto, otra parrilla con pulpos, sepias y gambas, cinco tipos de tarta, panacottas (ni sé ni me interesa saber el plural en italiano), flanes, yogures y muchas frutas distintas, rematado todo esto por un tipo que hacía crepes sin parar.

Y ahora díganme si no es como para engordar 20 kilos en la misma comida, más aún con el afán que yo tengo por probar todos los platos en este tipo de sitios. Ni que decir tiene que no logré cumplir mi objetivo: ni pizza, ni ostras, ni lomo, ni chorizo criollo, ni pasta, ni wok... Y descartando así parece que no comí nada, pero no pueden hacer una idea de todo lo que entró en mi estómago: pollo crujiente, cangrejo, chopitos, sepia, langostinos, carne especiada, solomillo, sushi, calamares, tartas, crepes, fruta, flan y un largo etcétera.

Así que ya saben: si quieren la próxima cena la hacemos en Madrid, que me quedé con ganas de probar el resto.

P.D.: Y si el sábado tocaba la calidad (y la cantidad, para qué negarlo), el domingo lo castizo, que tampoco está mal: un bocata de calamares y una caña servidos sobre un mantel que acumulaba el aceite de generaciones en una tasca que jamás había conocido reforma alguna, y de postre un helado de mojito en una heladería italiana no muy lejana.

Y dejemos ya de hablar de comida, al menos en una buena temporada.

No hay comentarios: