26/3/10

Lecciones de literatura periodística (4)


He visto un anuncio en la tele, no sé en qué cadena porque estaba zapeando, que me ha dejado seriamente preocupado por la salud mental de este país (por si alguno se lo pregunta, sigo en España). En él salían dos tipos leyendo un periódico y un lema decía bajo ellos: "Orgullosos de ser de derechas". Que ya tiene que estar mal la derecha española para que necesite publicitarse de esa manera. Después una voz en off decía: "La Gaceta. Tú lo piensas, nosotros lo decimos".

No voy a meterme en lo efectivo o no de dicho anuncio. Por desgracia no me cabe la menor duda de que lo será y mucho, al menos entre cierto sector de la población, y eso es lo que me hace preocuparme. Es lamentable que este tipo de mensajes tengan no sólo alguien que los enuncie, sino también alguien que los reciba con entusiasmo. Pero al margen de eso, refleja a la perfección el lamentable estado en el que se haya el mundo informativo del sur de los Pirineos. Y lo hace en una clarividente frase: Tú lo piensas, nosotros lo decimos. Es decir: no importa lo que realmente haya sucedido, no importan las opiniones críticas y razonadas al respecto, no importan las pruebas ni los indicios (pues nosotros tomaremos por falsedades las primeras si nos conviene y por pruebas los segundos si asimismo nos conviene), no importan los hechos (pues los negaremos si nos desagradan)... lo que importa es que pensamos como tú, y te vamos a decir lo que tú quieres oír. Para que sepas que tienes razón, que todos esos que no opinan como tú no son más que una recua de progres y de izquierdosos. Y sólo leyéndonos a nosotros estarás informado (de sobra es conocido que el resto de medios sólo publican propaganda del gobierno). Menos mal que nosotros estamos unidos y gracias a ello somos grandes, y seremos también libres, al menos libres de sus mentiras, porque no es otra cosa lo que ellos publican.

A fin de cuentas quién quiere recibir una información veraz si le pueden decir a uno sólo lo que quiere oír. ¿Creen que exagero? Pues yo aún diría que me quedo corto.

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