6/4/08

¿Páginas de cultura?


Hoy me he cabreado (y mucho) leyendo La Vanguardia. No puedo creer que un medio de comunicación pueda llegar a ese nivel de prepotencia, ha dejado atrás a La Razón en Madrid o al Gara en Donosti. Mientras pasaba páginas me he topado con una crítica cinematográfica metida a artículo de política. La crítica era sobre una peli a punto de estrenarse, o estrenada ya, no sé, no lo especificaba: Todos estamos invitados, de Manuel Gutiérrez Aragón. Es una de esas pelis sobre el entorno de ETA que salen todos los años. Pero lo que me ha jodido es que no hay ni una sola palabra sobre la peli en sí, sino sobre el problema que trata, usándola sólo de excusa para entrar a saco.

El artículo lo firma un tal Lluis Bonet Mojica, y la primera perla con la que nos obsequia es la siguiente: “Un título gastronómico, utilizado aquí como metáfora del silencio en una sociedad vasca sobre la que aletea ETA, es decir, del miedo.” Haciendo un esfuerzo interpretativo lo que el tipo este quiere decir aquí viene a ser que los vascos son unos cobardes, como si de una María San Gil cualquiera se tratara. Y digo lo del esfuerzo interpretativo porque esa frase no pasa de ser un arma de terrorismo sintáctico; reto a quien quiera a que se atreva a analizarla, no hay por dónde cogerla.

Y hablando de frases sin sentido, en seguida nos sorprende con una nueva perla: “Busca amparo en los demás y es acosado por miembros de una organización terrorista cuya amnesia proviene de la infamia.” ¿Pero qué coño significa esto? ¿Es que el periodista de tres al cuarto este no ha recibido una clase de gramática en su vida? Llegados a este punto bien poco me importaba lo que este señor tuviera que decirnos, pero no sé por qué (será masoquismo), continué leyendo. En muy poquito tiempo di con otra perla, esta vez un diálogo de la película, y qué bien elegido y extrapolado a la realidad, oye: “La mejor autoprotección (lo había escrito así, lo juro) es estar calladito.” Con dos cojones. No voy a dar ni un ejemplo más, creo que sobran. Este tío ha dedicado lo que debería ser una crítica de cine a llamar cobardes a los vascos, y lo ha hecho desde la comodidad de quien vive lejos de allí y se otorga el derecho a juzgar el comportamiento de quienes tienen que padecer lo que padecen. Según él ¿qué deberían hacer los vascos? ¿Coger las armas y lanzarse kalashnikov en mano contra los etarras? Qué fácil es hablar cuando se está en un lugar al que no llegan las balas. Habría que haberlo visto escribir en el setenta y cinco un artículo parecido sobre EPOCA. ¿Habría tenido el mismo valor de llamar cobardes a los catalanes por tener miedo de los bestiales atentados que esos locos perpetraban? Seguramente no, es muy fácil ser un moralista desde lejos.

Probablemente vea la peli cuando salga, quizá esté bien, el director no tiene la culpa de que la haya reseñado este sujeto. Pero la verdad es que la prensa podría ahorrarnos artículos como este, por dos motivos: en primer lugar porque no critica nada, sino que se limita a insultar, además en una sección en la que no corresponde; en segundo lugar porque bastante tenemos con los engendros periodísticos de la televisión, para que ahora además tengamos que aguantar a tipos que no saben unir sujeto y predicado también en la prensa seria.

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