11/11/08

Crónica de una decepción (1)


Viernes, 31 de octubre

La entrevista era a las diez menos cuarto de la mañana, de modo que me afeité y me vestí lo más elegante posible sin sobrepasarme. Era el trabajo que yo buscaba, profesor de español, y quería conseguirlo. Además, era la primera oferta que recibía, y conseguir el trabajo que quería a la primera era un objetivo bastante bueno. Ya había trabajado antes, sólo una vez, como profesor de español, en Barcelona, y había sido el mejor trabajo de mi vida. Si bien nunca me llevaría a hacerme rico, si era un trabajo que, cómo decirlo, me llenaba.

Así que allí me dirigí, decidido, entré al despacho de mi entrevistador, y a los quince minutos el puesto ya era mío. Debía empezar ese mismo lunes.

Lunes, 3 de noviembre

Llegué a la escuela con casi media hora de anticipo, porque quería conocer a la profesora con la que compartiría la clase y, también, preguntarle el lugar exacto en el que se habían quedado, para poder continuar desde ahí y no incurrir en repeticiones irrelevantes que aburrirían a los alumnos y podrían incluso llegar a molestarlos. Así que entré y pregunté por Maite, mi compañera, a la cual no había visto nunca hasta el momento. Las dos profesoras allí presentes me informaron de que no había llegado todavía y se interesaron en saber cuál era el motivo de que preguntara por ella. Se lo expliqué y entonces llegó el primer aviso de que aquello tenía toda la pinta de terminar mal. A mi espalda oí la siguiente declaración:

-Ya te dije por dónde iban, por la unidad cinco más o menos. Más que eso no te va a decir nadie, así que espabila y búscate la vida.

Lo dijo así, literalmente, no me invento nada para exagerarlo, y de una manera demasiado amenazante para ser yo su subordinado desde hacía escasamente tres minutos, aunque en realidad aún me faltaban más de veinte para empezar a serlo. Me las apañé como pude, fue lamentable tener que preguntar a mis alumnos el primer día por dónde teníamos que empezar.

Por la tarde tenía que trasladarme a una empresa de un polígono industrial para dar la clase. La indicación de mi jefe para la tarde fue exactamente la misma que por la mañana: más o menos la unidad cinco (segundo aviso). Y en esta ocasión se trataba de un contrato que él tenía con una empresa para formar a sus trabajadores, algo lo suficientemente serio como para no tomárselo a broma.

El resultado fue desastroso. Se suponía que cuando llegara allí tenía que hablar con una de las otras dos profesoras que también iban y ponerme de acuerdo con ella porque debíamos llevar el mismo ritmo en su clase y en la mía (y esto fueron instrucciones expresas del jefe). Pues bien, al llegar había allí una profesora pero no era la que yo buscaba, de modo que no pudo informarme de nada. Sin embargo tuvo la brillante ocurrencia de empezar a preguntar a todo el mundo de todo, lo que hizo que quedara patente que yo no sabía nada de nada de dónde me metía, pues ante ninguna de las preguntas que ella generó en la directora de la empresa tenía yo una respuesta que dar.

La clase comenzó al dar la hora, como tenía que ocurrir, y me encontré (tercer aviso) con que los estudiantes ni siquiera sabían que hubiera unidades, ni un libro, ni nada, así que lo de más o menos por la unidad cinco se fue a la mierda en dos segundos. En lugar de eso me encontré con que la profesora anterior había llevado un orden totalmente alternativo y mi jefe había sido incapaz de enterarse de eso (efectivamente, lo único que él sabe en esa academia es el número de alumnos y lo que paga cada uno). Para colmo, cuando al fin conseguí ver a la profesora de la otra clase resultó que en absoluto ella estaba coordinada con mi clase (cuarto aviso), sino que parece que eso fue una milonga que le metieron al jefe para hacer bonito, porque total, él no se entera de nada.

Martes, 4 de noviembre

Llegué a mi clase a primera hora y siguieron los problemas, porque un inglés quería que le diera la clase de español en inglés, y no sólo eso, sino que no estaba dispuesto a intentar escuchar nada que no fuera en esa lengua. Yo me preguntaba a qué coño iba ese a clases de español.

A mitad de la clase, mi jefe la interrumpió y me preguntó si podía salir un momento. Lo hice y la bronca que me cayó fue monumental. La empresa había llamado y el tío me estaba gritando como un energúmeno porque yo había dicho que no sabía qué tenía que hacer. Podría haberle intentado explicar que yo nunca me dirigí a la directora para decirle eso, sino que fui arrastrado por una compañera lenguaraz, y luego ante las incesantes preguntas no pude escabullirme, pero no tenía demasiado sentido, habría sonado a falso desde la primera palabra. Así que aguanté el chaparrón de gritos (quinto aviso).

Luego el resto de la clase fue un desastre, pues yo ya no era muy capaz de concentrarme en lo que debía hacer. Pero lo peor vino después, cuando el inglés salió de clase y fue directo al jefe a protestar porque yo no le daba la clase de español en inglés (hay que decir que él no tenía nivel para estar en esa clase, pero como no había más aulas para colocarlo, había que sacarle la pasta a toda costa) y, ante mi asombró, en lugar de intentar hacerle razonar, lo que el muy imbécil le dijo fue que tenía toda la razón (sexto aviso). De modo que yo no podía contar con aquel tipo para nada, pero no importaba demasiado, había tomado la decisión de buscar otro trabajo y abandonar este en cuanto lo tuviera. Lo malo es que esas cosas llevan su tiempo, y más con el panorama actual, así que no sabía cuanto iba a tener que aguantar esa situación.

4 comentarios:

Jarod dijo...

Animo chaval, ya sabias que no iba a ser facíl. Seguro que encuentras otro curro y los dejas pronto.

Black Queen dijo...

Lo siento Jarod, pero no te imaginas lo errado que andas en tu comentario. Esta tarde o mañana trataré de subir la segunda parte de la historia para que lo compruebes (los putos ordenadores de la biblioteca no me leen el pendrive y, como dije anteriormente, el wifi es una tecnología demasiado avanzada para las bibliotecas de la capital).

El caballero de la armadura oxidada dijo...

Vaya, así va el tema de la educacion.....?que gentuza.

Black Queen dijo...

Así va, así va. Luego nos escandalizamos cuando nos dicen que vamos a la cabeza del fracaso escolar en europa.