17/11/08

Crónica de una decepción (epílogo)


Martes, 11 de noviembre

Dado que el día de mi despido no había cobrado lo trabajado durante aquella semana, y no estaba dispuesto a renunciar a ello, menos aún después del desprecio al que había sido sometido, tuve que volver a la oficina de aquel ser al que ya odiaba sin tapujos y que era quien debía convertir en moneda de curso legal mis incursiones en su academia. Así lo hice. Me levanté a la hora habitual y procuré presentarme allí a una hora en la que todos los demás profesores (aunque yo ya no fuera uno de ellos) estuvieran en clase. No quería encontrarme con ellos y tener que dar explicaciones de lo que allí había ocurrido. Por otro lado, ni siquiera los conocía, no había tenido oportunidad.

Subí las escaleras, entré en la academia, entre en su despacho, saludé: “Buenos días.”

Aquel tipo despreciable levantó la cabeza, me vio y, sin decir ni una palabra, se levantó, cogió la carpeta en la que estaban anotadas mis horas, la miró, comenzó a hacer cuentas (sabía que iba a ir a cobrar y no había tenido ni la decencia de tenerlas preparadas para cuando yo llegara) y, cuando ya tenía el total de lo que debía pagarme, lo sacó DEL BOLSILLO DE SU CHAQUETA. En ese momento le deseé una inspección de hacienda lo antes posible.

Llegaba el momento de marcharme y el tipo aún no había despegado los labios para decir ni pío, así que decidí tentarlo a hablar soltando la frase que él debería haberme dirigido a mí, sólo para ver qué pasaba.

-Adiós. Y buena suerte.

Su respuesta fue un tanto confusa:

-Uoouugghf...

Algo así fue lo que yo entendí, nada de sonidos articulados, tan sólo un gruñido o algo parecido, lo único que su especie parece capaz de hacer. Así que me fui. Me tuve que ir sin que se dignara a decirme nada. Aunque teniendo en cuenta nuestros encuentros anteriores, creo que ese fue el más civilizado de todos.

1 comentario:

Re-Atum dijo...

Joder, vaya empresa. Ya entiendo porque Babilon dejó de trabajar con ellos. Desde luego que el señor es de estos que por ahorrar no habla y si es necesario ni respira.
Tranquilo, que hay más empresas en los madriles, y sino siempre puedes utilizar tu máster en Publicidad.