18/5/08

La frase definitiva para ligar


Todo el mundo se ríe cuando los hombres son zafios ligando y utilizan frases tan manidas como estúpidas, del tipo "no soy celoso" cuando una fémina les advierte de que tiene novio, o se acercan a su próxima víctima completamente borrachos y exhibiendo un discurso inarticulado cuya finalidad es, inexplicablemente, que ella quede embebida por tan interesante exposición. Todo el mundo, especialmente ellas, que luego lo cuentan como chascarrillos destinados a mostrar su superioridad moral sobre el sexo opuesto o algo así. Cuántas veces hemos oído decir a una mujer en un bar un fin de semana por la noche: ese tipo es un pesado, parece tonto, ¿no sé da cuenta de que no me interesa? Y repetirlo una y otra vez a sus amigas, y si aparece uno en ese momento pues también se lo cuentan (y claro, a saber cómo tomárselo), y recordarlo en varias conversaciones en las semanas sucesivas para vergüenza del pobre chaval si lo escuchara... y lo peor de todo es que demasiadas veces ellas tienen razón.

Pero se acabó, que ninguna vuelva a reírse de nuestras lamentables frases para ligar, porque ayer yo fui víctima de una verdaderamente demencial, y por supuesto me la soltó una chica. Estábamos en un local y nos acercamos a la barra a pedir unas copas. Mientras esperábamos para pedir, dos chicas aparecieron por detrás con intenciones de llegar al vendedor de los líquidos espiritosos antes de que nosotros pudiéramos hacerlo. Habíamos salido en grupo, sólo a divertirnos, sin intenciones de ligar esa noche, así que ante tal avasallamiento pudimos comportarnos con la libertad que eso permite (porque seamos serios, cuando uno sale a ligar ni por equivocación lleva la contraria a los deseos de una chica). Así pues, les informamos de que no había caminos rápidos para llegar a la barra y que deberían esperar a que nosotros nos hiciéramos con nuestras bebidas. No pareció esto convencerlas e insistieron en que como educados caballeros deberíamos dejarlas pasar (caballeros un sábado noche cuando cuando los efluvios del alcohol ya han comenzado a hacer su efecto, ¡por favor!). Sin embargo algo raro sucedía, pues ellas no hacían la más mínima insistencia por avanzar, sencillamente permanecían allí, hablándome (mi amigo ya se había escaqueado) y cada vez más preocupantemente cerca.

Y entonces llegó el momento, hasta el último de los pelos de mi brazo se erizó de terror al oír aquella proposición. Cuando consideró que ya estaba lo suficientemente cerca dijo, y esto lo recuerdo palabra por palabra, así que no hay ni un solo sonido de mi propia cosecha: "¿Quieres un trozo del pastel?" DIOOOOOOOOOS. No me digáis que no es para salir corriendo. Así lo hice yo, no había bebido lo suficiente para enfrentarme a semejante tipa.

No sé qué pasaría por su cerebro para hacer semejante proposición de semejante manera, pero quizá Galatea tenga razón al afirmar que cuando una chica es fea (un chico también, ojo), pues tiene que entrar a saco, porque si no, no ligaría jamás. Yo por mi parte, creo que lo superaré: mañana comienzo la terapia.

No hay comentarios: